Segura
La villa de Segura guarda su trama urbanística medieval. Su casco histórico es conjunto monumental. En la comarca del Goierri está rodeada por montañas. Sobresalen las cumbres del Txindoki o la sierra de Aitzgorri. Sus tierras las bordea el río Oria que parece conformar un foso defensivo natural del lugar.
El primer asentamiento en territorio de Segura estuvo en el alto donde actualmente se encuentra la ermita de San Andrés, próximo a la calzada romana que unía por el túnel de San Adrián la Llanada alavesa con la costa guipuzcoana y Aquitania. Hay referencias del transito de viajeros y mercancías por este lugar desde el siglo XI.
La historia escrita comienza con Alfonso X el Sabio. En 1256 ordenó la fundación en aquel cerro de una villa fortificada, Segura. Cuyo nombre rendía cuenta de su función principal. Asegurar la estabilidad en el límite con el reino de Navarra, al que Castilla había conquistado, cincuenta años antes, el territorio de Gipuzkoa. De esta manera, se convirtió en un punto estratégico para la defensa del reino en su frontera oriental. Además, protegía el transporte y comercio de los productos castellanos hacia los puertos guipuzcoanos por el valle del Oria.
La fortificada Segura se convirtió en villa poderosa. Podía armar ejercito propio, aplicar la jurisdicción y organizar el mercado de la comarca. Para 1384 se adhirieron a su tutela y socorro hasta doce pueblos vecinos[i]. Buscaban protección de las incursiones navarras, de los bandidos del camino y de las sangrantes luchas entre banderizos.
A lo largo del siglo XV Segura fue victima de una epidemia peste y varios incendios que asolaron la fortaleza. No obstante, estos acontecimientos no restaron su influencia, su posición estratégica en el paso de San Adrián, la dependencia de los pueblos cercanos y sus derechos de aduana hicieron que pronto se recupera para convertirse en la localidad más prospera del Goierri y la tercera del territorio después de San Sebastián y Tolosa.
El siglo XVIII trajo su decadencia. Las aldeas bajo su jurisdicción se independizaron. Con el siglo XIX llego el declive de las ferrerías y el desvío de aquel que fue “camino real”, que tanta riqueza trajo a Segura, la dejó fuera de las rutas comerciales.
La mayoría de los 1.471 habitantes de Segura son vasco parlantes. En lo referente a la actividad económica del propio municipio destaca el comercio, el transporte y la hostelería con un 60% de su PIB. Sin alcanzar una decena de talleres, la industria y energía supone un 36%. A la agricultura y ganadería le queda un 3% sostenido por unas diez instalaciones.
El Frontón
En Segura, paralelo a la iglesia parroquial de la Asunción, se levanta un frontón de pared izquierda abierto al cielo. Su frontis, en piedra de sillería caliza, recuperada del antiguo muro del juego de rebote, resulta un tanto rustico. Está coronado por un pináculo donde se indica la fecha de construcción en 1906 y el nombre que recibe: Beti-Alai. Aste ta Jai. El año 2006 tuvo una remodelación en aras de mantener en buen estado este espacio singular e identitario. Una pena el verde estrafalario con el que se ha pintado la pared izquierda.
Con una bolera adosada en su interior, el pórtico de la iglesia se encuentra en el lateral derecho del frontón. Sus seis arcadas sustituyen al inexistente graderío para el publico y se convierten en una excelente tribuna para observar el juego de pelota. A la entrada de la cancha destaca una curiosa escultura de Nestor Basterretxea “ en homenaje a los que lucharon contra los invasores de Segura en defensa de su libertad”.
El juego de pelota en Segura se viene practicando desde antaño. Documentos del archivo municipal recogen que en 1769 se procedió a la ampliación y remodelación de la Plaza de San Juan, para destinarla a la practica del “rebote”. En la reestructuración llevada a cabo el 2019 en esta misma plaza se descubrió la base del derruido viejo frontis de “rebote”[ii] y la “sakarra”, soporte desde donde se efectuaba el saque de la pelota al inicio de cada tanto del partido.
[i] IZAGIRRE, Ander. “Segura, raíz de Gipuzkoa”. El Diario Vasco, 23/08/2007
[ii] El “rebote” es una modalidad de juego de pelota en Euskal Herria que llega de antaño. Ver LESMES ZABALEGUI, Santiago (2020). La increíble historia de la pelota vasca. Edita: De Par en Par. Pág. 32 y sic.
Comentarios
Publicar un comentario