PUERTOS
en la
MARINA LUCENSE
MARINA LUCENSE
La costa de Lugo (Galicia) es conocida como “La Marina Lucense”. Son unos 160 kilómetros
de ensenadas, playas y acantilados. Desde O Vicedo hasta Ribadeo son diez los
puertos que hemos visitado donde las embarcaciones pesqueras alternan los
amarres con las de navegación de recreo. Es ruta obligada del camino a Santiago
de Compostela que llega bordeando la cornisa cantábrica desde Ondarribia (País
vasco). Su riqueza natural es incuestionable. Paraíso de aves y peces,
estuarios reconocidos como “Reserva de la Biosfera” o preciosas playas de arena
blanca, entre la que inevitablemente debemos destacar la de “As Catedrais” o la
de “San Cibrao”. Una belleza de la naturaleza empañada por los bosques de
eucaliptus, de explotación intensiva, que han venido a desplazar a los clásicos
castaños y “carballos”, tan propios de la región.
Puerto de O Vicedo
Atravesamos la ría de O Barqueiro, límite y frontera de la provincia de
Lugo con la de A Coruña. Allí encontramos el "Puerto de O Vicedo". Un buen fondeadero sin dificultades de acceso.
El municipio se conoció por el nombre de Riobarba hasta 1952 en que se le
adjudicó el nombre actual.
Los tres castros catalogados
en su territorio cuentan de pobladores de antaño. Se afirma, hubo también un
asentamiento vikingo considerado único en toda la península. El pasado de O
Vicedo siempre ha estado ligado a las actividades marineras. La pesca y su
derivada industria de salazón y conserva se ha conpaginado con la existencia de
pequeños astilleros de ribera.
Hoy día, la flota local se dedica
fundamentalmente a las artes menores y marisqueo, a los que se atiende desde la
cofradía local de pescadores. Además, desde la “Agrupación de Mariscadoras” se
ocupan de los “mini criaderos” de coquina, almeja y erizo de mar.
Es relevante su patrimonio
natural. Posee una costa donde los acantilados alternan con un total de ocho
playas de fina arena situadas en mar abierto. En su proximidad existen varios
islotes alguno de los cuales permite el atraque de embarcaciones.
Puerto de Viveiro
La ría de Viveiro, de aguas limpias y costas con altos acantilados, se
abre al mar entre la Punta del Faro y la Punta de Socastro. En sus alrededores existen restos de asentamientos
celtas y romanos. Sobre estos lugares, cuenta la leyenda la existencia, en
tiempos remotos, de una ciudad conocida por Estabañón devorada por una ola gigantesca.
Sea lo que fuese, su puente
de arcos conocido como de la “Misericordia” está construido sobre otro de
origen romano. Fue precisamente este puente el que proporcionó el primer nombre
a la localidad: “Concejo de la Puente de Vivario”.
La “muy noble y muy leal”
ciudad de Viveiro cuenta con historia de hechos notables. Al parecer, Don Pelayo
la premió por los servicios prestados en la Reconquista.
El "Puerto de Viveiro" es uno de los puertos pesqueros más importantes
de Lugo. Se encuentra al fondo de la ensenada que conforma la ría. Allí amarran
embarcaciones dedicadas al marisqueo y algo más de 50 barcos de gran calado. Su
volumen de capturas alcanza unas 16.000 toneladas año. Las especies más
habituales son merluza, lirio, pota, chicharro, sardina, caballa o centollas. La
cofradía también regula el marisqueo a pie o el de los “percebeiros”. Esta
actividad pesquera deriva hacia fábricas de conservera. Existe también un
sector servicios muy dinámico.
Portocelo
La
parroquia de San Tirso de Portocelo, en el municipio de Xove, está regada por
dos arroyos el Figueirina y el Fondón que en su desembocadura con el mar
Cantábrico conforman una ensenada de arena clara. Una playa resguardada,
moteada por alguna que otra chalupa, lugar de baño de veraneantes, en cuyo
extremo se levanta un pequeño muelle que sirve de amarre y embarcadero para un
máximo de dos barcos pesqueros de tamaño mediano. En este paraje, donde se
respira una calma ancestral, lugar para el sosiego, se encuentra el "Puerto de Portocelo". Su embocadura está
envuelta por la Punta de Meixiluide y la de Merixe, dentro del golfo que se
conforma entre el faro de Roncadoira y el islote de O Fondón.
Esta pequeña localidad, con
menos de 130 habitantes, cuyas actividad se reducen a la pesca de litoral y
algo de agricultura familiar, en época estival se alborota con la llegada de
reducidos grupos de veraneantes.
Puerto de Morás
Seguimos
bordeando la costa, todavía dentro del municipio de Xove, y nos encontramos con
el "Puerto de Morás". Visto desde
tierra, se encuentra al oeste de la ensenada que conforman el Cabo Morás y el
de San Cibrao, donde se protege de los vientos y temporales que llegan del
Océano Atlántico.
En el "Puerto de Morás" estuvo establecida, hasta 1976. la factoría
ballenera de “Masso Hermanos”. En sus naves se diseccionaban hasta 200 cetáceos
al año. Además de aceite, elaboraban distinto tipo de grasas y lubricantes,
harinas, jabones, abonos, productos farmacéuticos, marfil o ámbar, entre otras
variedades de productos. Tras la campaña de 1976 cesó su actividad. Un año más
tarde sus instalaciones fueron vendidas a la empresa “Aluminia” ubicada hoy día
en el lugar.
En la actualidad, este
pequeño puerto, situado en lo que se considera el centro geográfico de la
Marina Lucense occidental, tiene como actividad principal la pesca de litoral.
Puerto de San Cibrao
Al "Puerto de San Cibrao" se
accede entre la Punta Morás y la Punta de San Cibrao. Es una bahía abierta al
mar repartida entre los municipios de Cervo y Xove. En esta misma ensenada se encuentra el "Puerto Comercial de Lago o Alcán", de
acceso restringido, que ofrece servicio a las actividades de la factoría ALCOA,
una multinacional norteamericana dedicada a la producción de aluminio.
El
puerto pesquero está protegido por el espigón conocido como “Muelle Anxuela”. Se
ubica tras una pequeña península, al lado este de la ensenada, nacida de la
fusión natural una pequeña isla próxima y el territorio continental. Su istmo se formó como consecuencia de grandes
acumulaciones de arena. La flota local está regulada por la Cofradía de Pescadores
de San Ciprián. Cuenta con 38 afiliados, doce mariscadores y trece barcos
aparejados para artes menores.
En
el lugar se encuentran playas de arenas blancas, de fácil acceso, con aguas
tranquilas de color turquesa, Destaca entre ellas la conocida como de “O Torno”
en la que desemboca el riachuelo Cobo. Su paisaje se adorna con la Isla de
Baja, Isla Sombriza e Isla Pe, a escaso kilómetro y medio del faro ubicado en
el extremo de la península.
Puerto de Burela
El"Puerto de Burela", siglos
atrás dedicado a la pesca de la ballena blanca, está considerado como la referencia más importante de la descarga
pesquera en toda la costa lucense. Sala de subastas, silos de almacenamiento,
fábrica de hielo o talleres de mantenimiento, están protegidos por un gran
dique que sobrepasa los 800 metros. Su acceso por el mar, una vez alcanzado el
cabo Burela, costeando hacia el sur, no tiene mayores dificultades.
La Cofradía San Juan
Bautista se encarga de las gestiones portuarias y de la compra y venta del
pescado que se descarga en sus muelles. Merluza, bonito, sardina, mero, rape,
caballa o anchoa, entre otras variedades de menor volumen, son las que se
encuentran entre las 25.000 Tm. de pescado anuales que acarrean los barcos allí
tienen base. Sus capturas pesqueras justifican una industria conservera de
calidad. Dentro del complejo portuario existe una zona destinada a las
embarcaciones de recreo.
La existencia de este enclave
portuario llega de la época prerromana. Encontramos su huella en la finca “Chao
de Castro”, próxima a un paseo marítimo que une las playas de Portelo y de Ril.
Fue allí donde se encontró en 1945 el “Torqués de Burela”. Una pieza de oro de
23 quilates que hoy se encuentra en el Museo Provincial de Lugo. No obstante,
la primera noticia escrita del lugar es una carta-puebla fechada en 1250.
La existencia de numerosos
hórreos en Burela pone de manifiesto una economía de subsistencia, donde se
combinaba agricultura y pesca, vigente hasta bien entrado el primer tercio
siglo XX.
Puerto de Nois
Conocido
como "Puerto de Nois", es un pequeño enclave
de la Marina Lucense en territorio del municipio de Foz. Hay quienes le otorgan
origen fenicio. Los archivos históricos guardan documentos del siglo XVI que
confirman su pasado ballenero, aunque son nulas las huellas que perduran del
mismo. Lo mismo ocurre con la caseta de vigía que se encontraba en su atalaya
para dar cuenta del paso de ballenas y alarma de la proximidad de enemigos en
la costa.
Su orilla rocosa complica el
acceso a su pequeño muelle. Salvo el atraque ocasional de pequeñas
embarcaciones la actividad pesquera o deportiva resulta prácticamente inviable.
Puerto de Foz
Entre la Punta de Cairos, al oeste, y la de Punta de Prados al este se
accede al "Puerto de Foz". Se
encuentra a la orilla izquierda de la ría del mismo nombre. Protegido por un
espigón de apenas doscientos metros conforma una dársena que permite atracar en
ambos lados a embarcaciones pesqueras y deportivas. Los bancos de arena limitan
el acceso a embarcaciones que sobrepasen los 2 o 3 metros de calado. Con mal
tiempo y vientos del norte no resulta un refugio confortable.
La actividad marinera,
antaño ballenera, llega de siglos atrás, a ella se ligan pequeños astilleros o
las fábricas de salazón y conserva. La flota local se dedica mayoritariamente a
las a las artes menores, de cerco y marisqueo. Las embarcaciones de mayor
calado. pertenecientes a la cofradía local. toman como puerto de referencia el de
Burela.
El municipio de Foz y sus
playas, entre las que puede destacar la de la Rapadoira, atrae un considerable
turismo de verano que puede triplicar su población.
Puerto de Rinlo
Seguimos
bordeando el litoral y una vez alcanzado el municipio de Ribadeo encontramos el "Puerto de Rinlo". Cuentan que en sus
tiempos hubo actividad ballenera. No obstante, en la actualidad, después que
José Ramón, el último pescador de la localidad, se retirase su muelle se
encuentra vacío de botes y chalupas.
Sin embargo, la belleza del
lugar a multiplicado el numero de casas de comida con una generosa oferta de
arroces con bogavante y tremendas mariscadas que se acompañan de ricos vinos
del país. Esto ha supuesto, para este pequeño y agraciado puerto marinero, que
se convierta en el destino gastronómico de mayor prestigio en la Marina Lucense.
Puerto de Ribadeo
Nuestro
recorrido alcanza su última etapa por la costa cantábrica de Galicia. Hemos llegado
a la desembocadura río Eo por su margen izquierda. Allí nos encontramos con el faro
de la isla Pancha. Las orillas de mar que la preceden conforman una serie de
playas de arena blanquecina de origen granítico entre las que destaca la de “Las
Catedrales”. En ella crecen espectaculares arcadas que muestran caprichosos
recovecos, pequeñas cuevas esculpidas por el martilleo de las olas, pulidas por
la sal y los vientos marinos.
Hemos llegado al "Puerto de Ribadeo". Su casco urbano,
tallado sobre un acantilado, sube hasta alcanzar una planicie donde las casas
de pescadores, “pazos” y edificios solariegos nos remiten a un pasado ilustre.
Acoge una flota dedicada
mayoritariamente al marisqueo y artes menores. Son una veintena las
embarcaciones las que se dedican a estos menesteres. Las especies sobre las que
faenan son el percebe, longueirón, erizo de mar, salmonete, lubina, sardina u otros
pescados del día.
Además de las actividades
pesqueras en el Puerto de Ribadeo amarran numerosas embarcaciones deportivas.
El club Náutico local organiza regularmente regatas de “vela latina”, con
bastante arraigo en la zona.
Cartografía y dibujos de Arantza Elcoro Alberdi
Texto y fotografías de Josu Bilbao Fullaondo
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