Cañas crianza. 7 DÍAS ...1 VINO

      7DÍAS ... 1 VINO recomendable


BODEGA "LUÍS CAÑAS"

El remo sobre banco fijo que se practica en los puertos del Cantábrico siempre me ha parecido un deporte de titanes. Mi afición por las regatas de traineras vienen de lejos. Las de Hondarribia y Pasajes de San Juan, en Gipuzkoa, y la del Kaiku de Sestao y la Sotera de Santurce, en Bizkaia, han sido y siguen siendo mis favoritas. Aunque tenga preferencia por la de mi pueblo, la "Bizkaitarra", siempre disfruto cuando sale victoriosa alguna de ellas y así reparto mis emociones. 

A propósito de esta afición, un amigo me comentó sobre una taberna de nombre "Sotera", en Villabuena de Álava y allí me llegue desde Haro. Los dueños son de Santurce, esto explica el nombre del bar. Les gusta el remo y además son hinchas del Athletic. El local es de gestión familiar, sencillo y amable. El servicio a capricho. Preguntas por lo que ofrecen y lo preparan al momento. Vinos, los del pueblo. Una auténtica gozada. Después de un piscolabis completamos la excursión con un recorrido por el pueblo y la compra de unas botellas de vino en la "Bodega Luis Cañas".
Villabuena de Álava o Ezkuernaga, topónimo vasco que relaciona el nombre del lugar con la existencia en tiempos pasados de un denso robledal, es una población partida en dos por por el arroyo Herrera, afluente del Ebro, donde sus gentes se dedican al monocultivo de la vid y la elaboración de vino.

El mes de mayo la localidad celebra una "Wine Fest" dedicada al enoturismo en Rioja Alavesa. El programa pasa por la obligada degustación de vinos con "pintxo", un curso rápido de cata, taller de cocina infantil y remata con una comida popular acompañada de música.

Hay censadas unas 45 bodegas. Sin alcanzar los 300 habitantes hace que pueda ser, tal como señalan los lugareños, el pueblo con más bodegas por habitante del mundo. La mayor parte de ellas son explotaciones familiares. En ausencia de una cooperativa agrícola que aunase las labores de los labradores, cada familia tenía y tiene su propio lagar. Una tradición que llega de antaño. 
Algunas de aquellas pequeñas explotaciones en la actualidad se han convertido en importantes empresas. Así encontramos a la "Bodega Luis Cañas" que, sin duda alguna, no es es una bodega menor. 

Carlos Cañas, abuelo del actual gestor de la bodega, en su calado "Cueva de los Curas", elaboraba los típicos vinos jóvenes de maceración carbónica. Eran vinos a granel recogidos en garrafones o grandes botas de piel. Los transportaba en carros tirados por mulos a zonas limítrofes. 

En 1928 nace Luis Cañas que crece entorno al viñedo y continúa con la tradición familiar del granel. Su ánimo perfeccionista mejora notablemente la calidad de sus vinos que alcanzan prestigio entre los comerciantes más notables de la Alhóndiga de Bilbao. Este reconocimiento, con la mejora consecuente de las ventas, le lleva a fundar en 1970 una bodega para el embotellado y comercialización de sus vinos de cosechero.

En 1989 se incorpora a la bodega Juan Luís Cañas una nueva generación. Si bien mantiene la tradición de vinos jóvenes heredada de su abuelo Carlos y de su padre Luís, estimula la producción  adentrándose en vinos de crianza.

Siempre a la búsqueda de mejorar la calidad de sus vinos, quince años más tarde, para 1994 inauguran una nueva bodega dotada de la tecnología más avanzada. En 1999, con otra ampliación, esta vez en Samaniego, llega la "Bodega Amaren" (bodega de la madre).  

En la actualidad es un grupo de bodegas cuya su amplia gama de vinos conocen el reconocimiento y aplauso de los mercados nacionales e internacionales. El futuro parece garantizado por una nueva generación. Se trata del joven Ion Cañas que investiga, recupera y vinifica distintas variedades de cepas  localizadas en viejos viñedos de Rioja Alavesa.

Llegados a la tienda, entre toda la oferta de marcas y variedades nos decantamos por un clásico LUÍS CAÑAS. Crianza 2017. Este vino tinto es un ensamblaje de 90% "Tempranillo" y 5% de "Garnacha". Un combinado de uvas muy habitual en La Rioja. Provienen de viñedos de unos 30 años con un rendimiento de 6.500 kg. por hectárea. La vendimia manual, una vez en bodega, se selecciona por racimos y granos.

El mosto envejece durante 12 meses en barricas de roble francés y americano. Se consigue un vino de 14 grados de color granate intenso y lágrima densa. 

Sus aromas frutales se entremezclan con notas balsámicas y de vainilla. En boca ofrece un tacto aterciopelado. De ligera acidez envuelve el paladar con una agradable untuosidad que perdura envuelta en golosos sabores frutales.


Texto y fotografías © Josu Bilbao Fullaondo 

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