"Bodeguita escondida". 7 DÍAS ... 1 VINO

 7 DíAS ... 1VINO recomendable

BODEGUITA ESCONDIDA.

Todo empezó en el restaurante “Lumbre”, antes “Cueva de Doña Isabela”, en Casalarreina (La Rioja). Fue allí donde Jorge, impecable jefe de sala, nos ofreció una botella de vino y ante su sugerencia no dudamos en tomarla. Se trataba de un vino joven de maceración carbónica. Tal como nos indicó, era una de las primeras botellas salida en 2019 de “La Bodeguita Escondida”. Desconocida para nosotros, su vino resultó delicioso. Nos encantó. Comenzamos su búsqueda.

Hemos tardado en encontrar la escondida bodega. Está en Hervías. Es un minúsculo calado donde Toño Larrea Valgañon, cuando acaba su trabajo en una empresa de Santo Domingo de la Calzada, elabora sus vinos con esmerado cariño. Estudió empresariales. Dice no saber de enología. Se considera un autodidacta que se guía por los escritos y sugerencias de Manuel Ruiz Hernández, enólogo de prestigio que en su tiempo fue director de la Estación Enológica de Haro.

El rústico edificio de la bodega se debió construir entre finales del siglo XIX y principio del XX.  Aunque Hervías carezca tradición vitícola reciente, los antepasados de Toño elaboraban vino. Una escasa producción destinada al consumo familiar y para contribuir al pago de los segadores que trabajaban los campos de cereal. Un jornal que consistía en la comida, una parte de dinero y un "cuartillo" de vino al día. La cuarta parte de una cantara para 16 litros. 

 

Con la mecanización del campo y desaparecieron los segadores y con ellos la actividad del pequeño calado. Hubo que esperar hasta la llegada de este siglo XXI para que en la "bodeguita familiar" el biznieto tomase la actividad.


Si antaño se producía vino para alivio de segadores y ajuste de sus salarios, en la actualidad responde más a un hobby para, según dice el bodeguero, "emocionar y hacer disfrutar" a quienes lo consumen. Y ciertamente lo consigue.


Su proyecto parte de una estricta selección de la uva. En vendimia manual escogen los mejores racimos, maduros y sanos. Desechan el resto o lo dejan crecer hasta que alcanzan la madurez deseada. Limita su recogida a unos 4.000 o 5.000 kilos de uva al año.


Se limitan a una tirada de unas 3.500 botellas. Las instalaciones de la bodega tampoco dan para mucho más. Se rellenan, se taponan, se etiquetan y se lacran, corona y cuello, manualmente. Una labor artesanal para botellas de vino blanco, rosado y un tinto de maceración carbónica. A la espera queda un monovarietal de "Garnacha" y un tinto envejecido de "Tempranillo", "Garnacha" y "Graciano".


"LA BODEGUITA ESCONDIDA" 2021.

 Es un vino tinto de maceración carbónica. 14,5º de graduación alcohólica. Coupage de "Tempranillo" y "Garnacha". Tiene una capa media alta de color granate, similar a las cerezas maduras, con destellos azulados. Su lagrima en las paredes de la copa es ligera. Resulta intenso en nariz. Sus volátiles transportan recuerdos a regaliz y frutos rojos silvestres. En boca ofrece un tacto aterciopelado, sin aristas, con sabor a fruta madura, golosa, que perdura en el paladar. Si la cosecha del 2019 nos encantó, esta del 2021 nos ha entusiasmado.



                                                                              Texto y fotografías © Josu Bilbao Fullaondo







 

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