Bodega Gómez Cruzado. 7 DÍAS ...1 VINO

 7 DÍAS ... 1VINO recomendable


BODEGA "GÓMEZ CRUZADO"

Era viernes. Subimos de mañana a Ezcaray. Junto con unos amigos del lugar, salimos caminando hacia Valgañon. Llegamos y en el bar "La Parra" tomamos un "tentempie". Seguimos dirección a la "fuente de las señoritas". De allí a la "Ermita de Tres Fuentes" donde dimos unos buenos tragos de agua en sus manantiales. 

Tomamos camino de vuelta. Después de pasar por una preciosa avellaneda, por la pista que sigue, más o menos, la cuenca del Ciloria, afluente del río Oja, nos detuvimos en Zorraquín. Había llegado la hora del aperitivo y aprovechamos la ocasión para tomarlo en el bar del pueblo. Se conoce por el "Yedro". Se encuentra entre un pequeño frontón y el edificio del ayuntamiento, con una plazoleta delante a modo de terraza cubierta por las hojas de los "plátanos de sombra". Un sitio con agradable ambiente familiar que hace delicia de vecinos y veraneantes.

Angelines dijo que era hora de ir a casa a comer y, sin más dilación, así lo hicimos. Kilometro y medio mas tarde, no tuvimos tiempo de sentarnos en la mesa, cuando Juan ya había sacado cuatro copas y una botella de vino. Era un "Gómez Cruzado 2016". Servidas las copas, surgió conversación sobre el curioso origen y  trayectoria de esta bodega centenaria que se encuentra en el "Barrio de la Estación" de Haro.

La pequeña historia comienza con la figura de Ángel María Gomez de Arteche y Dueñas. Licenciado en Farmacia, experto químico y viticultor, fue un dinámico emprendedor, en 1877 fundó en Haro, junto con otros socios, "Arteche, Francés y Cia.", una de las primeras fábricas de abonos químicos en España. Al hilo de esta compañía tuvo también concesiones mineras para la explotación de fosfatos en Extremadura. 

Después de otras iniciativas empresariales, en 1886 fundó una bodega y almacén de vinos, junto a la recién inaugurada estación de tren que comunicaba Haro con Bilbao, centro neurálgico de venta y distribución de vinos para el norte de Europa y América. Tres años más tarde la calidad y prestigio de sus vinos estaba consolidada en el mercado.



Para 1908 había incorporado a su actividad vitícola la bodega familiar de Azofra y otra en Bañares. Sus "vinos finos" se vendían en España, en filipinas y en diferentes países de America Latina.

Tras su muerte en 1912, la bodega queda en manos de su yerno, duque de Moctezuma, y sus cuatro nietos que desentendiéndose de ella la venden en 1916 a los hermanos Jesús y Agustin Gomez Cruzado. Su apellido perdura en la marca de la bodega. En la década de 1980 la empresa pasó a manos de Alejandro Montaña que la condujo a una época oscura.

Con la llegada del nuevo siglo la bodega inició un nuevo periplo. Recuperó su carácter familiar. Fue adquirida por la familia Baños, mejicanos con ascendencia riojana, que llevaron  a cabo una profunda transformación y modernización tanto en el plano técnico como humano. 

Hoy día la bodega "Gómez Cruzado", bajo la dirección de David Gonzalez y Juan Antonio Leza, como viticultor y enólogo, ha construido un proyecto empresarial donde el vino, además de sus excelentes características organolépticas, expresa su procedencia y valor cultural. 

Fieles a las peculiaridades de los vinos clásicos de Rioja, han emprendido nuevos proyectos enológicos para mostrar la diversidad y originalidad del "Terroir riojano". Así lo consiguen  con marcas como "Honorable", "Pancrudo", "Cerro de las cuevas" o "Montes Obarenes". Vinos de alta expresión y gran calidad que han merecido numerosos galardones nacionales e internacionales.

GÓMEZ CRUZADO 2016. Es un vino tinto, ensamblaje de "Tempranillo y Garnacha". Las uvas provienen de las laderas de la Sierra Cantabria y de la cuenca del río Najerilla. Se vendimia manualmente, en cajones de 200kg. y se selecciona a su llegada a bodega.

Después de tres días de maceración prefermentativa pasa a depósitos de acero inoxidable para acabar su fermentación alcohólica. Tras la maloláctica se cría un año en barrica de roble americano.

Este vino, con 14%vol., ofrece un aspecto cristalino, brillante y en las paredes de la copa una lágrima tranquila. De color rojo rubí, capa media, amarillea levemente en los bordes señalando que ha perdido el azulado peculiar de los vinos jóvenes sin crianza en madera. 

Con intensidad media, ofrece en nariz aromas de vainilla, cerezas, frutos rojos silvestres, bien conjuntados. En boca mantiene un ligero punto de acidez envuelta por complejos sabores a frutas rojas. De tacto aterciopelado, muy versátil, con una personalidad muy propia de La Rioja.


Texto y fotografía © Josu Bilbao Fullaondo

Comentarios

  1. Me lo anoto para probar a la primera oportunidad. Eskerril asko, José. Salud

    ResponderEliminar

Publicar un comentario