Playa del "Regatón" y Marisma de Colindres.
Nuestro recorrido por estos lugares se limitó a un tramo de unos siete kilómetros por los bordes marinos que discurren entre el conocido como Puntal de Laredo y el puerto pesquero de Colindres.
A partir de ese lugar las arenas se reblandecen y conforman un suelo donde el pie descalzo se hunde hasta el tobillo.
Es el preámbulo de la playa conocida como “El Regatón” que con la marea alta prácticamente desaparece. Desde este punto, y dirección a Colindres, se ven crecer, al fondo y a la izquierda, varios edificios de apartamentos. Su excesiva altura quiebra la intimidad del espacio natural donde estamos.
De seguido nos encontramos con una masa arbórea de eucaliptos cuyo intenso aroma se entremezcla de manera armoniosa con los aires marinos. Bien merecería el lugar, si la normativa del parque lo permite, un aclarado de maleza y la recogida de troncos de madera acarreados por las mareas.
A estas alturas del recorrido, la playa se ve frecuentada por amigos del baño libre, inquilinos de los “campings” colindantes o quienes se deleitan con el paisaje, con el sol de poniente o con las aguas tranquilas y cristalinas de la marea alta.
Son numerosos los jinetes que recorren a caballo (propios o de alquiler) estos atractivos parajes que combinan aguas tranquilas, bosque y reconfortantes aires salinos.
El límite a la playa del “Regatón” parece ponerlo un puente de madera que abre paso uno de los muchos canales de la marisma.
A partir de este lugar la arena pierde protagonismo. Gana terreno la vegetación propia de la marisma. Es aquí donde encontramos diversas flores silvestres. Nos resultan auténticas joyas de la naturaleza
Dejamos atrás los caminos de arena. Alcanzamos las estribaciones de Colindres. Enfilamos un paseo asfaltado envuelto por un hermoso parque arbolado.
Seguimos en la orilla de marisma. Ahora esta salpicada por numerosos tamarindos y alguna que otra chalupa encallada entre vegetación y lodo.
El paseo conforma una excelente plataforma para observar y "cazar fotos" de aves.
También los hay quienes aprovechan estos lugares para la pesca.
Llegamos al puerto de Colindres . De frente nos encontramos con un pequeño astillero para reparación y puesta a punto, generalmente, de embarcaciones pesqueras.
Desde ese punto, un estrecho espigón nos acerca hasta un pequeño faro. Indica a las embarcaciones el limite de babor para su entrada a puerto.
El trayecto de hormigón que lleva hasta el faro es también utilizado por ornitólogos, aficionados a estudiar el tipo y comportamiento de las aves de la marisma.
La contemplación de aves silvestres sirven a los aficionados para estudiar el plumaje, su canto, su comportamiento en general o sencillamente para elaborar un listado de aquellas que concurren al estuario.
Allí, donde un singular puente con dos arcadas de hierro abre paso sobre el canal de Limpias hasta la localidad de Treto, dimos por finalizado nuestro recorrido.
Puente de Treto
Dibujos y acuarelas © Arantza Elcoro Alberdi
Texto y fotografías © Josu Bilbao Fullaondo (JOBIFU)
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