ESCURSIÓN A BRIÑAS
Nuevo Barrio del Mazo
Tomamos
salida, un domingo de febrero, desde el nuevo barrio de “El Mazo”, donde crece el siglo XXI de la
ciudad del Haro. Dejamos sus jardines tras de nosotros y tomamos la calle
dedicada a Federico García Lorca. Continuamos por la de Camilo José Cela hasta
alcanzar la Avenido de Logroño. Allí, en el centro de una rotonda, nos topamos
con una barrica decorativa que señala a los forasteros que han entrado en Haro.
Barrica a la entrada de Haro por la Avenida de Logroño
Por
la calle Santa Lucía alcanzamos la Plaza de la Cruz decorada con la escultura
de recuerdo y homenaje al “botero”. Hace años, allí se encontraba un artesano
dedicado a la elaboración de “botas para vino”.
Botero en la Plaza de La Cruz
Era un hombre muy
jovial. En cierta ocasión, fuimos a comprar uno de sus cueros y nos explicó como, antaño, las botas rectas eran destinadas a los arrieros, las podían guardar verticales en el cesto de la mula para evitar posible fugas de vino por el pitorro. Las curvas se destinaban a los labradores
que la llevaban colgada al costado a modo de riñonera cuando iban al campo. El
uso de este formato, con forma de “alubia”, era propio también de los
cazadores.
Seguimos por la calle Arrabal y alcanzamos la Plaza de La Paz. Fue y todavía sigue siendo,
aunque pierde relevan ante el crecimiento de nuevos barrios, el centro
neurálgico de Haro. Allí se encuentra el Ayuntamiento, el Museo, el Palacio
Bendaña, hoy biblioteca y oficina de turismo, el quiosco de la música, la
escultura de un “limpiabotas”, la del vendedor de vino a granel, y la entrada a
la Herradura, zona tradicional de “chiquiteo”, coronada por una
reproducción del cuadro de los “Los Borrachos”, obra original del pintor local Enrique Paternina.
Reproducción de "Los borrachos"
Seguimos
nuestra excursión. Bajamos por la calle Navarra hasta alcanzar una zona deportiva y el puente que
cruza río Tirón.
Campo de fútbol a la orilla de río Tirón
Atravesamos el el río y entramos en el “Barrio de la Estación". Allí es donde se concentran bodegas centenarias que se adjudican la primacía en la elaboración
de “vinos finos de Rioja”. Sea como fuere, encontramos marcas tan notables
como “CVNE.”, “Muga”, “Rioja Alta”, “Bilbaínas”, “López de Heredia”, “Roda” o
“Gómez Cruzado”.
Antigua locomotora en el "Barrio de la estación"
Una bodega centenaria
Entrada de visitas a "Rioja Alta" y a "Gomez Cruzado"
Bar de vinos en "Roda"
Dejamos
lo del tomar un trago de vino para la vuelta. Atrás queda el “Barrio de
las Bodegas”. Alcanzamos una zona de viñedos presididos o guardados, vaya Vd. a
saber, por el monte Toloño.
Cepas bajo la custodia del Toloño
En
ese camino, desgastado por el agua y el viento, recordatorio de siete miembros
de la milicia urbana de Haro que perdieron la vida enfrentados a las tropas
carlistas en 1834, encontramos el “Panteón de los Liberales”.
Panteón de los liberales
Alcanzamos
el Ebro y llegamos a su margen
derecha por un puente medieval de siete ojos. El “Puente de Briñas” nos abre
paso a un camino de arena y barro que bordeando la orilla nos lleva hasta el
bonito pueblo que da nombre a la pasarela construida hacia el siglo XII o XIII, aunque posteriormente remozada en distintas ocasiones..
Briñas desde el río
Barca en el Ebro
De paseo sobre el río Ebro
Nos reciben patos, ocas, esculturas naturales en el
agua y algún que otro piragüista que se divierte en las aguas tranquilas del
río.
Ocas blancas
Otras ocas
Caserones de piedra de sillería conforman un agradable conjunto urbano el
cual nos invita a tomar un reposo y un trago en el “Bar a vinos” del recién
estrenado “Palacio Tondón” como hotel o casa rural.
Plazoleta en Briñas
Entrada a la vinoteca
Tras el piscolabis, y recuperar parte de las energías perdidas, vuelta a casa por el mismo camino.
Si apremia el cansancio, aunque un tanto rústica, se puede encontrar solución.
Aquí mostramos un ejemplo
© Josu BILBAO FULLAONDO (Fotos y textos)
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