El rioja de Castilla
La Denominación de
Origen Calificada (DOC) Rioja se reparte por
cuatro comunidades autónomas: Álava, Castilla León, Navarra y La Rioja.
En esta última comunidad se encuentra la mayor parte de las bodegas y
del viñedo protegido.
La parte más pequeña corresponde a Castilla-León que cuenta con una sola bodega: "Viñedos del Ternero", en Miranda de Ebro.
La parte más pequeña corresponde a Castilla-León que cuenta con una sola bodega: "Viñedos del Ternero", en Miranda de Ebro.
Es un
enclave castellano dentro del territorio de La Rioja, producto de la división
provincial realizada en 1833. Era María Cristina de Borbón reina regente,
cuando encomendó la labor de una nueva partición territorial a Javier de
Burgos, Secretario de Estado de Fomento. En ella primaron los criterios
jurídicos ante los geográficos.
Así fue que la finca del Ternero, granja propiedad del Monasterio de Santa María de Herrera, cenobio dentro de la jurisdicción de Miranda de Ebro (Burgos), quedase asimilada para gestión y administración a esta provincia a pesar de ubicarse geográficamente en La Rioja.
Así fue que la finca del Ternero, granja propiedad del Monasterio de Santa María de Herrera, cenobio dentro de la jurisdicción de Miranda de Ebro (Burgos), quedase asimilada para gestión y administración a esta provincia a pesar de ubicarse geográficamente en La Rioja.
Entrada a la Finca del Ternero
Granja y monasterio
Desde la Edad Media
se tiene referencia de la Granja del Ternero. El historiador Inocencio
Cadiñanos cita, en su libro “Monasterios Mirandeses”, unos terrenos concedidos en Sajazarra por el rey Alfonso VIII de Castilla, en
1169, a una comunidad monástica, hasta entonces ubicada en Montes de Oca y allí se fueron dos años más tarde.
Proximo al lugar, en
Herrera, existía desde antaño un eremitorio que acabó convirtiéndose en
priorato benedictino. Este espacio de oración atrajo a los monjes recién
llegados a Sajazarra y lo eligieron para instalarse hacia 1178, guiados por su
primer abad, Guillermo de Saja. Les pareció más adecuado para su retiro
espiritual.
Los terrenos del Ternero los convirtieron en granja del monasterio, explotada por los frailes y labradores arrendatarios.
Los terrenos del Ternero los convirtieron en granja del monasterio, explotada por los frailes y labradores arrendatarios.
Acceso al Monasterio de Santa María de Herrera
En 1245 el papa
Inocencio IV ratificó las propiedades del monasterio cisterciense y en 1375
consiguieron que la corona de Castilla tutelase el establecimiento. Durante los
siglos siguientes (XVI, XVII y XVIII) es cuando se construyen diferentes
edificios para alojar y cubrir las necesidades del núcleo humano que conformaba
aquella explotación agrícola. De entonces provienen ermita, cementerio,
pajares, viviendas o cueva para guarda y elaborar vinos que hoy todavía
subsisten.
Documentos del
monasterio indican que la granja estuvo arrendada y los inquilinos pagaban los
correspondientes diezmos y primicias a la orden religiosa. Datos más precisos
señalan que en 1621 la finca rentaba al monasterio 150 fanegas de trigo (un
volumen 8300 litros de trigo) y un siglo más tarde 186 cántaras (3.000 l.) de
vino. Un dato, este último, que nos indica como la producción vitivinícola del
enclave se remonta, al menos, hasta aquellos tiempos.
Durante la invasión
francesa (1808) monasterio y granja fueron saqueados. No obstante, la comunidad
religiosa mantuvo la propiedad de la finca del Ternero hasta la desamortización
de Mendizábal (1836-37) en que se nacionalizó y pasó a propiedad del Estado.
Ermita en la Granja del Ternero dedicada a
la Virgen de la Pera
Tal propiedad está asentada en el registro de la propiedad, con fecha de abril 1882 como “Finca Rustica: Granja y coto redondo situado
en jurisdicción de esta villa de Miranda de Ebro, titulada de Ternero o del
Ternero que perteneció al Monasterio de Santa María de Herrera, consta de Casa
Granja, otra nombrada del Cerro, otra conocida por la del Sarmental, pajares,
ermita con cementerio, huerta, viña, algunos árboles, tierras de labor y cerros
eriales …”.
Altar de la ermita en la Granja del
Ternero
El Registro recoge también que la granja “El
Ternero” con sus “235 ha y 50 áreas”
fue adquirida a la “Nación” por “D. José
Manuel de Arana y Arana según consta en escritura otorgada en Burgos el 31 de
marzo de 1842 ante el escribano D. Francisco Bajo”.
En 1947 sus herederos la traspasaron Tomas Brieva Bartolomé y Eusebio Garrido Gordaliza que a su vez la vendieron en 1957 a Ángel Pérez Austero, casado con Elibetch Reiner. En 1965 la finca paso a manos de Agustín Ormaechea Irazabalbeitia, Crispín Garate Mugerza y José Acha Orbea Murga cuyos herederos acabaron transmitiendo la propiedad en 2011 al actual propietario Fernando GARCÍA-ALCUBILLA.
En 1947 sus herederos la traspasaron Tomas Brieva Bartolomé y Eusebio Garrido Gordaliza que a su vez la vendieron en 1957 a Ángel Pérez Austero, casado con Elibetch Reiner. En 1965 la finca paso a manos de Agustín Ormaechea Irazabalbeitia, Crispín Garate Mugerza y José Acha Orbea Murga cuyos herederos acabaron transmitiendo la propiedad en 2011 al actual propietario Fernando GARCÍA-ALCUBILLA.
Este hombre de origen
burgalés, decidido donde los haya, con las ideas bien claras, ha innovado la finca respetando delicadamente el pasado. Una
adecuación a nuestro siglo XXI para abrir nuevas vías de explotación. A lo agrícola y viticultor, añade el floreciente “enoturismo”
en una combinación de VINO y NATURALEZA, dos de las grandes fortalezas que posee su finca.
Bosque y viñas en “Viñedos del Ternero”
El paraje de la
Herrera cuenta con numerosas cuevas. Según señala Ignacio Alonso Martínez, en
su libro sobre este pintoresco lugar, hay referencias más que suficientes para
afirmar que una de sus grutas fue lugar de culto
desde los primeros siglos de cristianismo.
Vista actual del Monasterio de Santa María
de Herrera
La bodega actual
Un bosque de encinas
y pinsapos (una especie de abeto) protegen de los vientos un viñedo a 650 metros de altitud que se
acompaña de olivos, almendros y parcelas destinadas al cultivo del cereal.
Corzos, conejos y jabalíes pasean aquellas tierras en libertad, no sin peligro
evidente para los golosos frutos que allí se cultivan.
Como hemos visto, la explotación
vitícola de la Granja del Ternero, llega de antaño. Durante tiempo, además de
elaborar algunas cántaras para consumo en la propia granja, o en su momento para el monasterio, la mayor
parte de la uva se vendía a distintas bodegas.
El salto cualitativo llegó en 2003. Tras los muros de sillería, allí donde estuvieron los antiguos calados, instalan depósitos de acero inoxidable, capaces de elaborar una media de 120.000 litros de vino. Separado por una cristalera se ubica el parque de barricas donde se crían los vinos antes de ir a descansar en botella.
El salto cualitativo llegó en 2003. Tras los muros de sillería, allí donde estuvieron los antiguos calados, instalan depósitos de acero inoxidable, capaces de elaborar una media de 120.000 litros de vino. Separado por una cristalera se ubica el parque de barricas donde se crían los vinos antes de ir a descansar en botella.
Un aspecto de las instalaciones de
“Viñedos el Ternero”
El nuevo propietario,
Fernando García-Alcubilla, a su llegada en 2011 encuentra la bodega montada.
Conocedor del mundo del vino, perspicaz negociante, inicia una metódica
remodelación con paso firme y seguro. Además de algunas labores de cantería,
fijación de suelos y pilares de los edificios, desbroza parajes cerrados por la
jara o protege algunos viñedos con vallado para evitar las incursiones de
corzos u otros animales salvajes.
En otro orden de cosas, cambia la dirección técnica de “Viñedos del Ternero” y junto a su hija, Nerea García-Alcubilla, planifica nuevos proyectos de comercialización y distribución de sus vinos, con los ojos puestos en la exportación.
En otro orden de cosas, cambia la dirección técnica de “Viñedos del Ternero” y junto a su hija, Nerea García-Alcubilla, planifica nuevos proyectos de comercialización y distribución de sus vinos, con los ojos puestos en la exportación.
Así, la única bodega
de Castilla-León con DOC Rioja proyecta doblar la producción de vino y
diversificar su negocio hacia el enoturismo al amparo de la calidad de sus
vinos pero también de la belleza paisajística del entorno.
Paisaje desde la Bodega “Viñedos del
Ternero”
Un vino de la bodega
“Sel de su Merced”
Sin abarcar toda la gama de vinos producida en la bodega, para la ocasión hemos elegido "Sel de su Merced".
Sale al mercado en estuche de botella mágnum y vestido con la original acuarela de un paisaje de la finca. Se elabora a partir de "tempranillo" y algo de "mazuelo". Hace la fermentación alcohólica en deposito de acero inoxidable y la maloláctica en barrica de roble francés nueva. Permanece en ella y sobre sus propias lías durante 24 meses.
Sale al mercado en estuche de botella mágnum y vestido con la original acuarela de un paisaje de la finca. Se elabora a partir de "tempranillo" y algo de "mazuelo". Hace la fermentación alcohólica en deposito de acero inoxidable y la maloláctica en barrica de roble francés nueva. Permanece en ella y sobre sus propias lías durante 24 meses.
Embotellado sin ningún tipo de clarificación
ni estabilización puede ofrecer algún precipitado por lo que conviene
decantarlo antes de beber.
Con 13,5%vol., muestra un color granate intenso,
brillante y de capa profunda.
Llega a nariz con fuerza y manifiesta aromas a
confitura de frutos rojos maduros entremezclado de tostados, bollería fina e
incluso caramelo de café y leche.
Envuelve la boca con espeso manto
aterciopelado impregnado de sabores complejos, golosos, que prolongan su
estancia en el paladar de manera indefinida. Un vino de trago lento y
reposado. Vamos, para acompañar un partido de pelota en la televisión.
Fotos y texto de Josu Bilbao Fullaondo
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