Último Lunes de Octubre en Gernika

Último lunes de octubre en Gernika
2017
El último lunes de octubre se celebra en Gernika una de las ferias más importantes del País vasco. Desde tiempo inmemorial los "baserritarras" de la comarca Busturialdea acuden los lunes a vender sus productos de la huerta al mercado de la villa foral por excelencia.



Los productos hortícolas, en una tierra donde el sol no es demasiado generoso, alcanzan su punto álgido de madurez una vez entrado el otoño. De ahí que la feria más exuberante de Gernika sea la del último lunes de octubre.
Antaño se trataba de una feria importante que atraía el interés de los vecinos de pueblos próximos a la villa foral. En la actualidad se ha convertido en un acontecimiento multitudinario que atrae por su singularidad gentes de todo punto y lugar. Se contabilizan asistencias superiores a las 100.000 personas.
Lejos han quedado la llegada de los aldeanos con sus yuntas de bueyes o sus burros cargados con los frutos de la huerta y sus preparados caseros. Hoy vienen en pequeñas furgonetas y con productos orgullosos de estar reconocidos por una “denominación de origen” con la que se pretende ofrecer una indudable garantía de calidad.
Verduras, frutas, flores, y legumbres, miel, quesos y “txakolis”, se presentan en los mostradores con el mayor primor.



Se ofertan también sidra, pan, pasteles vascos, rosquillas, paté, conservas, productos con el control de calidad “Eusko Label”.
De la misma forma, los asistentes pueden ver cómo trabajan algunos artesanos en sus diferentes stands o una exposición de maquinaria agrícola.

Entre los productos más típicos quizá se encuentren los pimientos de freír y las alubias pintas, ambos con denominación de Gernika. El precio del kilo de alubia este año 2017 oscilaba entre los 12€ y 16€ el kilo, la docena de pimiento a 6€ (los más caros).


Todos los participantes en la feria que así lo deseen pueden participar en un concurso de valoración estética y de calidad de productos que premiará un jurado de expertos a quien más lo merezca.



En lo referente a los quesos, señalar que medio queso del ganador de este año lo adquirió la Bodega Ramón Bilbao, de Haro, por 6.500€. Habitualmente compiten los de denominación “Ideazabal”.



La feria se cierra al medio día con la entrega de premios acompañada por la intervención de algunos “bertsolaris” que, a su manera, cantando e improvisando sus versos, hacen un relato de lo ocurrido durante la mañana.
La tarde, después de comer, se clausura con partidos de cesta punta o de pelota mano donde no faltan las apuestas a favor de uno u otro contendiente.
A pesar de la lluvia la alegría y buen ambiente resultaron ser grandes protagonistas de nuestra visita a Gernika este último lunes de octubre de 2017.

Gernika y sus alrededores conforman la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Un enclave geográfico digno de ser recorrido, refugio de aves y fauna autóctona. En la cuenca final del rio Oka cuya ría, saliendo de la marisma y adentrándose en el mar Cantábrico, culmina con la isla de Ízaro.


En la Plaza de los Fueros, centro de la villa, se encuentra la estatua de Don Tello quien la fundó en 1366. A uno de sus lados tiene la Casa Consistorial y en el otro el antiguo juzgado reconvertido en Museo de la Paz. Dentro de sus instalaciones se rememora el trágico bombardeo padecido por la localidad el 26 de abril de 1937, día de mercado, por la aviación alemana.


Recuerda también la sinrazón terrorista, consecuencia de numerosas víctimas provocadas en la historia reciente del País vasco. Un museo dedicado a difundir la cultura de la paz que obtuvo, en 2003, el premio “Ciudad de la Paz” otorgado por la UNESCO a la villa de Gernika.

Otro de los lugares de visita obligada es la “Casa de Juntas de Gernika”. Su construcción neoclásica, tal como la conocemos hoy día, se acordó en 1828. A partir de entonces su recinto acogería las asambleas, hasta entonces celebradas alrededor del “árbol sagrado”, o los juramentos de los Fueros en la ermita de Santa María de la Antigua.  Allí se redactaron las leyes por las que se rigió Bizkaia hasta 1876.



 Está rodeada por un amplio jardín, donde se encuentra el tronco seco del árbol viejo, plantado hacia 1700, protegido bajo un templete de piedra.



Su interior, además de los espacios destinados a labores administrativas, lo componen tres piezas principales. La biblioteca, la sala de la vidriera y la sala de juntas.
La biblioteca acoge numerosos escritos y legajos referentes a la historia de Bizkaia, así como otros muchos libros y documentos referentes a la lengua vasca y su evolución en el tiempo.



La actual “Sala de la Vidriera” fue diseñada inicialmente como un patio descubierto. En 1985 se cubrió por una vidriera artesanal. En ella se reproduce la tribuna, el árbol y un anciano con el libro “Lege Zarra” en sus manos y una balanza con su fiel, representando la justicia, colgada de su antebrazo. A su pie el pueblo de Bizkaia representad por labradores, pescadores y obreros siderúrgicos. Todo ello envuelto por una orla donde se representan las referencias arquitectónicas más representativas de cada uno de los municipios vizcaínos.




La “Sala de Juntas” se concibe como el Parlamento de Bizkaia. Es donde se celebran las Juntas Generales del Territorio Histórico y se dictan las Normas Forales. Su interior guarda una galería de retratos que representan a los señores de Bizkaia. Pinturas realizadas en el siglo XVII, atribuidas los hermanos Bustrín y a Sebastián de Galbarriartu.




Finalmente, en el patio exterior de la Casa de Juntas, delante de una tribuna de estilo neoclásico, cuyas ocho columnas recuerda la fachada de un templo romano, se encuentra el “Árbol de Gernika”, símbolo universal del pueblo vasco. El roble actual se trasplantó en 2015, vino a suceder a otro que llegaba desde 1860. Es una manera simbólica de perpetuar la transmisión del espíritu vasco de generación a generación.






Texto y fotos de Josu Bilbao Fullaondo


Comentarios